“Una película más sobre el tema del circo que no aporta nada, salvo el cariño y las desgracias de una elefanta, cuya actuación fue remarcable. ¡Barría tan naturalmente…! Incluso entendía el polaco…”.
Sinopsis
‘Agua para elefantes’ es la adaptación cinematográfica del best seller homónimo escrito por Sara Gruen, ambientado en la época de la Gran Depresión. La historia se centra en un joven estudiante de veterinaria que se verá obligado a dejar su formación tras el asesinato de sus padres. En ese momento comenzará a trabajar para los hermanos Benzini como veterinario de su circo. El joven se enamorará de Marlena, una de las estrellas del espectáculo que trabaja como amazona, y que está casada con August, el encargado de entrenar a los animales, un hombre tan carismático como retorcido.
Crítica
“Una película más sobre el tema del circo que no aporta nada, salvo el cariño y las desgracias de una elefanta, cuya actuación fue remarcable. ¡Barría tan naturalmente…! Incluso entendía el polaco…”.
Esperaba majestuosidad y sólo vi tecnicidad y virtuosidad heladas. Soñaba con tensiones en el trapecio y encontré fotografía excelente en sucesivos planos. Me ilusionaba ante la perspectiva de emociones desatadas, y la única que se liberó fue la elefanta.

Cabía esperar mucho más de lo que nos fue dado, pues había todo o casi al sentarse en la butaca: un realizador con talento (Francis Lawrence), un extraordinario actor además oscarizado (Christoph Waltz), un joven famoso, carismático y guapo con millones de admiradoras coladitas por sus huesos (Robert Pattinson), una primera actriz experimentada y rubia hasta la indecencia (Reese Whiterspoon), un libreto basado en la novela exitosa de Sara Green, y la supina elegancia de Rodrigo Prieto en la fotografía.
¿Qué ha pasado para que la química no operara? ¿A quién hay que reprocharle la inexpresividad del conjunto, la frialdad con la que discurre la historia, su exagerado academicismo que adormece, y el ritmo tan pesado como reiterativo que aniquila?
Lo que está claro es que falló la dirección de actores. Lo que es más que seguro es que no basta con que el villano muera, en este caso por la “pata” de nuestra elefanta. Lo que todos conocemos es que el uso consabido del flashback no es un acierto siempre. De lo que no queda duda es que en el cine tres y dos no suman cinco…
No basta con las piernas de una rubia por bonitas que resulten, porque ya se vieron muchas. Y pocas alcanzaron la fascinación de las de Laurence de Monaghan en ‘Le genou de Claire’ (‘La rodilla de Clara’) de Éric Rhomer. Teníamos las de nuestra elefanta, a la que la naturaleza generosa además dio cuatro.
La historia de amor que se nos cuenta carece de intensidad, no llega. Se nota demasiado que la pareja de tortolitos no encaja. No hay química en sus personalidades ni gestos que les consuman para que nos enciendan, ni miradas que apasionen, ni sentimientos que enganchen. Demasiado frío el resultado, incluso cuando se acuestan juntos en una escena de caricatura.
En resumen, me he quedado con las ganas. Ganas de ser deslumbrado y resignarme con virtuosidades. Ganas de disfrutar de una agradable velada y contentarme con un cirio.
Por cierto, al final como al principio, el protagonista envejecido nos cuenta que se casó con su adorada y que le llenó de críos. ¿Y nuestra pobre elefanta ni siquiera tuvo un novio aunque no hablara polaco?.
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DiarioTwilight

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